viernes, 11 de noviembre de 2016

La Bolivia que se va... La Bolivia quevviene - Carlos Sánchez Berzaín - Introducción





Gonzalo Lema (Tarija-Bolivia, 1959), bachiller en Humanidades y Música del Instituto Eduardo Laredo (1976) y Licenciado en Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS, 1985).

Vocal de la Corte Departamental Electoral de Cochabamba (1987-89), Vicepresidente (1990-91) (1995-96), Presidente (1996-2001) y vocal de la corte Nacional Electoral (2001-2003).
Candidato a Alcalde de Cochabamba (2004) por el Movimiento Al Socialismo (MAS). Concejal Vicepresidente (2005), concejal (2006-2009) y Presidente del Concejo (Enero-Mayo, 2010).
Primer Premio Nacional de novela (1998). Anteriormente, Finalista en Casa de las Américas, Cuba (novela, 1993), Premio Guttentag (novela, 1983) y Mención Honrosa en Andrés Bello (cuento, 1976).
Fue considerado uno de los diez jóvenes sobresalientes en Bolivia y distinguido con el Premio TOYP de la Cámara Junior (1994).

Tiene publicadas, entre otras, las siguientes novelas: La huella es el olvido, La vida me duele sin vos, Contra nadie en la batalla, El mar, El Sol y MariSol y la zaga policial completa Santiago Blanco (cuentos y novela).

Ha escrito “La Bolivia que se va, la Bolivia que viene”, un libro de entrevistas a los líderes políticos nacionales, publicada por los diarios Los Tiempos de Cochabamba y La Prensa de La Paz en agosto de 2011, en un momento de intenso debate y aguda polarización, como lo presenta el Juan Cristóbal Soruco Quiroga, Director de Los Tiempos y Editoriales Canelas.






"La Bolivia que se va es la de una Constitución que divide en lugar de unir, que amenaza en lugar de proteger, que reglamenta en lugar de establecer principios, que está hecha para el abuso y no para las garantías, la cocalera.  Esta Bolivia que no es Bolivia, a la que ya no quieren llamar Nación, dividida en 36 nacionalidades, que la han denominado Estado Plurinacional en lugar de Estado Nacional. Un país obligado a la confrontación interna e intervenido por un proyecto externo.....se va el Estado autoritario y cocalero creado por Morales que no es Bolivia porque no tiene libertad y simula democracia"

"La Bolivia que viene, viene después de una gravísima crisis, es el post-moralismo.  Es una Bolivia en la que es vital construir  unidad y  consenso, acuerdos mínimos que le den fortaleza, progreso y seguridad a largo plazo; será urgente superar los elementos de confrontación que ha generado la crisis, reponer la democracia y el Estado de Derecho.  La Bolivia que viene es moderna, mucho más parecida a los países exitosos de América Latina que a los fracasados y conflictivos.  Esta es la Bolivia que le debemos a las próximas generaciones"

Carlos Sánchez Berzain.


INTRODUCTION por Carlos Alberto Montaner

Carlos Sánchez Berzaín (1959) es un jurista y político boliviano, profesor de Derecho Internacional y Constitucional, que llegó exiliado a Miami hace casi una década,  junto a su presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, democráticamente electo en el 2002. En octubre de 2003, de acuerdo con la entrevista que sigue a estas palabras, fueron derrocados por una maniobra política orquestada por Evo Morales auspiciado por Caracas y La Habana, con la complicidad de diversos grupos e idividuos, entre ellos el propio Vice presidente Carlos Mesa.

La causa aparente de ese virtual golpe de Estado, legitimado por una interpretación laxa de la propia constitución del país,  fue la represión policial a violentos desórdenes callejeros (no a protestas pacíficas) que incluían delitos muy serios como son la detención ilegal de personas y el bloqueo del suministro de energía a un par de ciudades, lo que ponía en peligro el funcionamiento de hospitales y el abastecimiento de comida.

Estos hechos, prolongados a lo largo de varias semanas, lamentablemente produjeron enfrentamientos armados con varias docenas  de muetos en el altiplano boliviano. Evo Morales, y el vicepresidente Mesa le imputaron al gobierno la responsabilidad de esos sucesos, y éste, montado sobre una frágil coalición, se desmoronó.

Mesa, investido como Presidente tras este dramático episodio, no pudo completar el mandato constitucional de Sánchez de Lozada y renunció, también acosado por la violencia popular, recayendo el poder en manos de Eduardo Rodríguez, presidente del Tribunal Supremo. Finalmente, en enero del 2006, tras la destrucción o el debilitamiento de todas las fuerzas políticas, y en medio de una extendida fatiga nacional, el dirigente cocalero Evo Morales ganó las elecciones con un 54% de los votos y comenzó –dentro de la estrategia de los Castro y Hugo Chávez- el metódico desmantelamiento de la democracia que disfrutaban los bolivianos desde la restauración de las elecciones verdaderamente libres en 1982.

El gran interés que tiene la entrevista hecha por Gonzalo Lema a Carlos Sánchez Berzaín para el diario Los Tiempos de Cochabamba, estriba, precisamente, en la visión que muestra este político boliviano, diametralmente opuesta a la que sostiene Evo Morales en la misma serie de conversaciones con el periodista. Mientras Morales reivindica una Bolivia montada sobre la etnicidad y la división corporativa del país (una especie de fascismo primitivo prehispánico), Sánchez Berzain defiende la coincidencia de todos los habitantes de la nación en el respeto a una misma ley que no hace distingos y no confiere privilegios.

Sánchez Berzain cree en el patriotismo constitucional; Evo Morales en el patriotismo étnico. Sánchez Berzain es un republicano que suscribe la existencia y protección de los derechos individuales como razón de ser básica de los Estados; Evo Morales supone que la sociedad debe subordinarse a los fines del Estado, entidad a la que corresponde dirigir minuciosamente la vida de los ciudadanos y establecer lo que debe hacer cada persona y cómo debe ser recompensada por ello. Para Sánchez Berzain es obvio que el Estado debe vivir del esfuerzo de la sociedad. Para Evo Morales lo correcto es que la sociedad viva del Estado.

De alguna manera, el enfrentamiento ideológico entre estos dos hombres es el enfrentamiento entre la modernidad surgida de la Ilustración a fines del siglo XVIII y las concepciones estatistas que existían en el ancien régime, parecidas a las de las autocracias precolombinas existentes en el Perú incaico y en el México de los aztecas.

La verdad es que la historia le da la razón a Sánchez Berzain y se la quita a Evo Morales. Las treinta naciones más prósperas y estables del planeta, las más felices, se gobiernan de acuerdo con la cosmovisión y el ordenamiento jurídico del Estado de Derecho que Sánchez Berzain postula para los bolivianos.

Pueden ser democracias presidencialistas, como Estados Unidos y Francia, o pueden ser monarquías parlamentarias como Inglaterra y Holanda, o repúblicas parlamentarias como Israel, pero esos gobiernos prósperos y en paz coinciden en tres elementos clave: la subordinación de todos al imperio de la ley, la división de poderes para garantizar la existencia de los derechos individuales, y un sistema económico basado en el mercado y en la existencia de productores privados.

Cuando fracase el estado étnico, autoritario y plurinacional impuesto por Evo Morales, variante ambigua del socialismo colectivista de inspiración castrista, algo que inevitablemente sucederá porque es tremendamente ineficaz, generador de injusticias y violador de los derechos individuales, los bolivianos se verán precipitados a redefinir sus metas y el modo de alcanzarlas. Cuando lleguen a ese punto, harán bien en recordar esta entrevista. Tal vez aquí está la base para entender qué ha sucedido en el pasado y para relanzar a Bolivia hacia un destino mucho mejor que el que ahora padece.

Pero no solo es útil para los bolivianos conocer este texto. Para quienes no lo son, y muy especialmente para los líderes y comunicadores que deben tomar decisiones, resulta una lectura fundamental, en la medida en que existe una enorme confusión sobre la naturaleza real del gobierno de Bolivia. Éste, si bien tuvo un origen democrático, desde hace años es una arbitraria autocracia colectivista, con ejecuciones extrajudiciales, presos políticos y exiliados, derrochadora y pésimamente manejada en el terreno económico, que desembocará en el desastre total. Es lo que Sánchez Berzaín anuncia y predica que sucederá con todas las naciones adscritas al delirante proyecto castro-chavista denominado “socialismo del siglo XXI”.

Según los síntomas, tal vez no falte mucho para que llegue ese momento.

Carlos Alberto Montaner Miami, Abril 2012






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